Ah, la realidad aumentada y la realidad virtual, esos mundos donde la línea entre lo real y lo ficticio es tan clara como el agua del río más contaminado. ¿Quién necesita enfrentarse a la vida cuando puede optar por una existencia digital mejorada? Al menos eso nos venden las grandes corporaciones tecnológicas, prometiendo un mundo donde la inteligencia no es opcional, sino aumentada, como si eso resolviera nuestros problemas diarios.
En la carrera por el título de "la tecnología más revolucionaria", la realidad virtual promete llevarnos a un mundo donde los problemas terrenales son solo un mal recuerdo. Pero, detengámonos un segundo, ¿quién necesita una solución real cuando puede tener una realidad alternativa? Porque, claro, resulta más cómodo ponernos un visor VR que enfrentarnos al vecindario en decadencia o a la política de turno.
¿Y qué hay de la inteligencia aumentada? Esa maravillosa herramienta que nos hará más listos, más rápidos y, por supuesto, más capaces de ignorar lo que realmente importa. Porque, al final del día, ¿quién se preocupa por el estado del mundo cuando puedes ser un héroe de videojuego con un par de clics?Algunas preguntas incómodas para nuestros amigos tecnófilos:
- ¿Estamos realmente aumentando nuestra inteligencia o solo disfrazando nuestra ignorancia?
- ¿Estas realidades alternativas nos están acercando a la verdad o solo nos distraen del colapso inminente?
- ¿Estamos viviendo en un mundo aumentado o solo en un espejismo de progreso?
En un universo donde la realidad parece ser opcional, uno no puede evitar reírse con cinismo de lo absurdo que resulta todo este espectáculo. Así que, adelante, sigamos buscando refugio en esas realidades virtuales mientras el mundo real sucumbe al caos. Al menos, es más entretenido que las noticias de la noche.