Amigos, amigas y gamers de corazón, hoy nos adentramos en el maravilloso mundo de los videojuegos, ese universo donde podemos ser héroes, villanos o simplemente un fontanero italiano que aplasta tortugas. Ya sabes, cosas normales.
La escena está caliente, y no solo porque la PlayStation 5 parece un radiador futurista. En esta fiesta digital, tenemos a los sospechosos habituales: Nintendo, con su Switch que se siente como un Transformer de bolsillo; la Xbox, que siempre parece lista para un apocalipsis zombie; y, por supuesto, nuestra amada PlayStation.
Pero, ¿qué pasa con aquellos que quieren ir más allá de apretar botones hasta que sus pulgares griten piedad? Aquí es donde entra el arte del diseño de videojuegos. Crear un videojuego es como ser un chef loco en un laboratorio: mezclas un poco de código, un toque de arte y una pizca de locura, y ¡boom! Tienes un juego que puede llevarte de Uruguay a Marruecos en un segundo.
Para los valientes que quieren convertirse en maestros del joystick, existen programas de maestría en diseño de videojuegos. Y antes de que preguntes, no, no te enseñan a hacer trampa en Mario Kart.
Y hablando de recorrer el mundo, ¿sabías que hay tiendas en lugares tan inesperados como Marruecos? Sí, ahí donde puedes encontrar ese juego raro del que solo has oído en leyendas urbanas. Porque, seamos honestos, nada es tan emocionante como encontrar el cartucho perdido en una tienda polvorienta que parece sacada de una película de Indiana Jones.
Así que, en este loco mundo de píxeles y realidad mezclada, lo único seguro es que siempre habrá un nuevo nivel, un nuevo jefe y, posiblemente, una nueva consola que te hará preguntarte si realmente necesitas comer este mes. ¡Pero qué demonios, la aventura lo vale!